Carta del capellán con motivo de la Solemnidad de Todos los Santos

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Carta del capellán con motivo de la Solemnidad de Todos los Santos

Queridas familias:
 
El próximo día 1 de noviembre celebraremos una solemnidad muy importante en la Iglesia, la Solemnidad de todos los santos. Esta celebración tiene una vital importancia para entender la salvación que Cristo nos ha traído y está estrechamente relacionada con la fe. Cristo ha venido para que seamos santos e intachables ante Él por el amor (Cf. Ef 1, 4). Ese es su proyecto. La Iglesia también ha querido celebrar, al día siguiente, la memoria de todos los fieles difuntos para ayudarnos a entender la victoria de Jesucristo sobre la muerte y dónde está la meta de nuestra vida, de nuestros esfuerzos y de nuestra esperanza.
Por este motivo, en el Stella Maris queremos preparar esta celebración el día anterior con diversas actividades. Los alumnos de primaria tienen el desfile de los santos. En secundaria, ponemos la mirada en los mártires a los que llamamos los “mejores hijos de la Iglesia”, puesto que “no hay mayor amor que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15, 13). Los santos son la imagen y modelo de una vida plena, bella, completa, transformada por Dios.
Por otro lado, la urgencia de vivir una vida cristiana en los bautizados se hace cada vez más necesaria en el ambiente cultural que vivimos. “Si la sal se vuelve sosa”, deja de servir (Mt 5, 13), nos dice el Señor. Esa sal son nuestras vidas, nuestras relaciones, nuestros ambientes. Hoy, la celebración de Todos los Santos y todos los difuntos, ha podido quedar más apagada por la creciente invasión cultural de la “celebración” de Halloween. Esta última, de origen oculto y pagana, no sólo distrae del verdadero centro de estos días sino que, además, contiene una visión de la vida y la muerte totalmente contraria a la luz de Jesucristo. Para los cristianos no es posible contemporizar o permanecer neutrales ante ella. El apóstol San Pablo escribió en el siglo I su carta a los Tesalonicenses que estaban preocupados por la suerte de los difuntos. La muerte no es un juego y la victoria de Jesucristo sobre el pecado y la misma muerte es fundamento esencial de la fe. Sin esta victoria pierde sentido la redención del Señor.
Celebremos unidos a María, puerta del cielo, madre de santos y mártires, y madre nuestra, estos días que son fuente de esperanza para nosotros. Tenemos algo precioso y grande que anunciar, algo fundamental que enseñar a nuestros alumnos y a vuestros hijos: en Jesucristo tenemos una esperanza gozosa y viva. Esta esperanza necesita de manifestaciones y expresiones: lecturas, películas, planes… Los cristianos no podemos callar lo que hemos visto y oído.
Un cordial saludo
 
P.Juan del Rey Lora-Tamayo
Capellán del Stella Maris College