Protocolo de acoso escolar
24/11/2021 2021-11-24 11:15Protocolo de acoso escolar
Acoso escolar
El acoso escolar se produce cuando de un modo sistemático un grupo mayor o menor de alumnos ejercen violencia sobre un alumno. Esta puede ser física, verbal o emocional. Y se produce de manera reiterada y prolongada en el tiempo. No hay que confundir con “acoso” otras formas no sistemáticas, ni prolongadas en el tiempo, ni grupales, que son siempre punibles y que el colegio persigue, evidentemente, pero que no entran bajo esta categoría de “acoso”.
EN TODO CASO, OS PEDIMOS QUE, EN CASO DE QUE TENGÁIS EVIDENCIAS DE QUE ESTÁ DÁNDOSE ALGUNA SITUACIÓN PARECIDA A LAS ABAJO DESCRITAS, HABLÉIS CON EL TUTOR Y LE EXPLIQUÉIS LO QUE ESTÁ PASANDO. EL COLEGIO ESCUCHA SIEMPRE Y PONDRÁ LOS MEDIOS OPORTUNOS PARA AYUDAR, CLARIFICAR, CORREGIR Y DETENER COMPORTAMIENTOS DE ESTE TIPO.
¿Qué formas de acoso existen?
En primer lugar, el acoso puede darse de forma aparentemente “pasiva”, mediante la exclusión de un compañero: hacerle el vacío, no hablarle o decir a otros que no estén con él o que no le hablen. Aquí se incluye también la manipulación hacia el resto de compañeros para que no sean sus amigos, no vayan a su casa, no se sienten a su lado, no quieran comer con él en el comedor, etc. En definitiva, un modo de proceder aparentemente “pasivo” pero muy doloroso para evitar que este alumno participe en actividades con el resto del grupo: no dejarle jugar, no dejarle estar con el grupo, hacer como sino estuviera, no dejarle hablar.
En segundo lugar, se dan formas “activas” de acoso, como cuando se agrede a un alumno, a veces haciendo ver como que es en broma: empujarle, pegarle collejas, puñetazos y patadas, esconderle las cosas, robar sus pertenencias, romper y estropear sus trabajos.
Esto puede suceder también cuando se cuentan mentiras sobre alguien o se le acusa de cosas que no ha dicho o no ha hecho, se siembran rumores o se cambia el significado de lo que dice.
Como en todo, también en el acoso hay grados. Un grado mayor de acoso seda cuando se trata de amenazas o de extorsión. Consiste en provocar miedo en el alumno, obligarle a hacer cosas contra su voluntad o extorsionarle, por ejemplo, obligándole a dar el bocadillo, a hacer los deberes o trabajos de otro, a dar apuntes, a mandar imágenes de las tareas resueltas por Whatsapp.
Las amenazas se pueden manifestar verbalmente: insultar, gritar, hacer burla con gestos, imitaciones; humillar delante de los demás, hacer comentarios despectivos en público, usar motes, ridiculizar en público, reírse cuando se equivoca. También meterse con la forma de ser, de vestir o de hablar, burlarse de su apariencia física, criticarle por todo lo que hace, meterse con alguien para hacerle llorar.
Por último, existe hoy día otro tipo de acoso a través de redes sociales al que hemos de estar muy atentos: es cuando se bombardea al otro con mensajes de móvil o en las redes sociales, se le intimida a través de mensajes o correos electrónicos, se publican rumores en redes sociales, se comparten fotos o vídeos embarazosos, se crean perfiles falsos.
¿Dónde se puede dar el acoso?
El acoso puede afectar a todos los niveles de la vida del alumno que lo sufre(académico, afectivo, emocional, social, familiar) y por eso puede tener lugar en cualquier momento, sobre todo cuando no se encuentre presente un profesor u otra figura de autoridad. Por eso se trata de un fenómeno tan difícil de detectar. Debemos estar atentos a lugares como:
- Las entradas y salidas del centro.
- El recreo.
- Los cambios de clase, en pasillos o baños.
- El aula, cuando el profesor no mira.
- El comedor.
- El autobús escolar.
- Las excursiones o visitas.
- Las llamadas o mensajes de móvil.
- Las redes sociales o el e-mail.
¿Cómo debemos proceder, qué es lo que nunca debemos consentir?
- No poner motes.
- No reírse de nadie, ni por su aspecto, ni cuando se equivoca
- No dejar a nadie sin
jugar con el grupo. - No criticar, ni insultar, ni agredir a nadie verbalmente.
- No pegar, ni en broma, ni en serio, ni collejas, ni peleas.
- No esconder las cosas de nadie.
- No poner a nadie en ridículo ante los demás.
- No escribir mensaje hirientes por internet ni en redes sociales, ni correos,ni publicación de fotos, ni imágenes.
- No hacer comentarios sexuales inapropiados sobre nadie.
- No intimidar a ningún compañero, ni amenazar, ni extorsionar.
¿Cuáles son las señales de alarma del acoso?
El acoso se puede manifestar de muchas maneras, por eso no es fácil de detectar. A veces los síntomas se confunden; o puede ser que el alumno tenga una visión distorsionada de la realidad. Antes de pensar en “acoso”, es bueno hablar con los tutores y confirmar. En todo caso, estas son algunas señales de alarma que tienen que ponernos sobre aviso:
1. Cambios de comportamiento:
- El niño no quiere ir al colegio, se muestra nervioso, pide faltar a clase, pide a un adulto que le acompañe a la entrada y a la salida.
- El fin de semana está bien y el domingo por la noche empieza a encontrarse mal.
- Deja de hablar en casa y en el colegio.
- No tiene amigos y ha perdido a sus amigos de antes.
- Abandona sus aficiones (deja de practicar deporte, no quiere ir a la actividad que le gustaba antes).
- Baja el rendimiento escolar.
- Se siente culpable de lo que le ocurre.
- Está triste, muestra cambios de humor, contesta mal, sufre arranques de ira.
- Tiene actitudes nuevas que son difíciles de explicar como por ejemplo no quiere llevar un abrigo o unas zapatillas al colegio.
- Los niños pequeños, son a veces incapaces de identificar lo que está pasando, por eso hay que estar más atentos y en contacto con el tutor.
2. Signos físicos:
- El niño llega a casa de forma frecuente con golpes o rasguños y dice que se ha caído.
- Su lenguaje corporal cambia, encorvando los hombros, no mira a los ojos.
- Al niño se le rompe o “pierde” habitualmente el material escolar o la ropa y no sabe cómo explicarlo.
- Pide o roba dinero a los padres para dárselo a los acosadores o pierde con frecuencia la paga o el dinero que dan los padres.
3. Signos psicosomáticos:
- Sufre malestar al levantarse, mareos, dolores de cabeza.
- Tiene molestias o alteraciones gastrointestinales.
- Sensación de asfixia u opresión en el pecho, temblores, palpitaciones.
- Alteraciones del apetito o del sueño.
- A veces los padres llevan al niño al médico y no encuentran el origen de los síntomas.